¿Sabías que Halloween no nació con disfraces ni dulces?
Su origen viene de hace más de dos mil años, cuando los celtas celebraban el Samhain, una fiesta para marcar el final del verano y el inicio del invierno. Ellos creían que, en la noche del 31 de octubre, el mundo de los vivos y el de los muertos se mezclaban, y los espíritus podían regresar. Para protegerse, usaban disfraces y encendían fogatas… ¡casi como lo hacemos hoy, pero con menos maquillaje y sin dulces!
Con el paso del tiempo, las tradiciones cambiaron, y cuando los inmigrantes irlandeses llevaron estas costumbres a Estados Unidos, aparecieron las famosas calabazas talladas, el “truco o trato” y la fiesta como la conocemos. Ahora Halloween es sinónimo de películas de miedo, dulces, disfraces y diversión, pero sigue manteniendo ese toque misterioso que lo hace tan especial. 👻✨